Científicos del Instituto de Biotecnología (IBt) de la Universidad
Nacional Autónoma de México (UNAM) lograron una patente internacional con un
bioinsecticida contra el gusano cogollero del maíz, la plaga más importante de
ese cultivo, con el que se siembra 40 por ciento de las tierras de México.
Es
un producto biodegradable, no contamina el ambiente ni el agua, por ello es muy
atractivo y tiene un futuro prometedor en todo el mundo, dijo Alejandra Bravo,
quien encabeza al equipo universitario, junto con Mario Soberón e Isabel Gómez.
En
la agricultura, Spodoptera frugiperda
es un insecto plaga con gran impacto comercial, pues a nivel mundial provoca
pérdidas cercanas a los mil millones de dólares anuales en maíz.
El
investigador, describió que trabajamos con una bacteria llamada Bacillus thuringiensis, que se
caracteriza porque sintetiza unas proteínas que se ocupan en la agricultura
desde hace más de 60 años para tener control de las plagas, pues son tóxicas
para los insectos. Sin embargo, no son lo suficientemente potentes.
Ante
ello, los biotecnólogos de la UNAM estudiaron cómo esta toxina interacciona con
las membranas del insecto; encontraron, a nivel molecular, cuáles son las
regiones de sus proteínas que interaccionan con las proteínas del animal. “Este
trabajo básico nos sirvió para proponer estrategias de cómo mejorar la
interacción”, señaló.
El
primer objetivo fue entender cómo mata al insecto, y ya que lo supieron
generaron una estrategia para mejorar su mecanismo de acción.
Aunque
las toxinas Cry1C y Cry1Ab de Bacillus
thuringiensis son útiles en el control de estas plagas, existe la necesidad
de nuevas variantes que sean más potentes y eficientes.
Así,
los universitarios hallaron la región exacta de la toxina que interacciona con
el receptor; desarrollaron mutantes que mejoraban la interacción e incrementan
la toxicidad 100 veces o más.
Estas
nuevas variantes, más efectivas, tienen la capacidad de exterminar mejor al
gusano, que se mete en el cogollo (en donde va a nacer el grano) y ahí crece,
inhibiendo la producción de maíz. Es polífago (come muchas cosas) y por eso sus
daños se extienden a los cultivos de arroz, soya y algodón.
“Es
una plaga abundante y resistente a los insecticidas químicos. La bacteria que
utilizamos la controla, pero no muy bien, por lo que usamos una dosis alta”,
reconoció Alejandra Bravo. Por ello, abundó, con los mutantes se buscó hacer un
bioinsecticida a base de una proteína que, cuando el insecto la coma, se una a
las células del intestino y las destruya al hacer agujeros en el intestino.
La
plaga del gusano cogollero es mundial, por eso desde el inicio se pensó en una
patente internacional, que abarca a países como Estados Unidos, Brasil y China.
Se encuentra en muchos territorios, sobre todo tropicales, en diversos tipos de
maíz, arroz, soya y algodón, subrayó.
La
patente lograda por el equipo de la UNAM se encuentra licenciada a una empresa
estadounidense que podrá explotarla comercialmente de dos formas diferentes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario